Seguramente Usted ha escuchado hablar del inframundo, como algo desconocido o, quizás pensando que es inexistente pero, claro que es real, existe, se refiere a personas que viven de forma miserable, con respecto a la sociedad en la que pertenecen, pero también, podría interpretarse como el mundo de los muertos y de los espíritus.
Me quiero referir a las dos posibles acepciones en el más amplio de los sentidos y, la razón es porque en ocasiones, sin diéremos cuenta, vivimos concomitante a ese lugar llamado inframundo pero, no lo vemos o, no queremos verlo, aún cuando se trata de seres humanos en desgracia por diferentes razones.
Sabiendo que la pobreza es un gran lastre en nuestro País y, en lugar de disminuir ha aumentado muy considerablemente, que por ello se genera a una parte de la población formas de vida muy despegadas de los mínimos requeridos para que sea, si no placentera, si con los necesarios para vestido, comida, hogar y, diversión, desde luego que ello es un mandato Constitucional en nuestro País pero que, es letra muerta para muchos.
El domingo pasado tuve el privilegio de ser recibido, junto a mis compañeros de Widos Sons, motociclistas, en un anexo para personas que desean salir de algún vicio en el uso y abuso de sustancias prohibidas y, o, de permitidas como el alcohol. Desayunar y compartir sus historias, entre miradas perdidas y algunas verdaderamente fantásticas , producto de la desintoxicación, se paso el tiempo.
Me hace un hueco en el alma el caso de un niño, si acaso de 10 años, quien había estado consumiendo cristal, marihuana y coca; aparte de impregnar alguna estopa de solventes todos a la misma vez. Así, con todos estos estupefacientes, muchos de accesos fáciles, están circulando en las calles, capturando a este chico y, enganchándolo a estos vicios y sus consecuencias sociales (dispararle a su Abelina y herir con un cuchillo a un tío) aparte de las que se van dando en la dependencias fisiológicas.
Se trata de un niño que está pasando sus días de infancia en un anexo y tratar de rehabilitarse. Muy complicado puede ser, pues aún con una estancia de algunos días se le veía su mirada perdida, acompañado de su papá quien cifraba esperanzas de mejor vida para este niño. Complicado y mucho pues se necesita el acompañamiento de muchas cosas y personas, convergiendo en torno a esta criatura.
El inframundo en que viven estas personas enganchadas a uno o, varios vicios de drogas, es un verdadero infierno cuando se enfrenta a solas. Igualmente es un gran reto para la educación en nuestro País, asegurando vestido, hogar, trabajo, diversión sana y, desde luego la formación desde el seno familiar.
Como se ve la sociedad está desintegrada y segmentada; así imposible avanzar, porque si no, seguiremos estacionados en el mejor de los casos pero en el pero seguiremos retrocediendo.
@jaimechalita
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